Trail Run

Tranqui que controlo

Querido amigo y lector, te propongo que te enfrentes a la lectura de este artículo con tranquilid­ad y que incluso tomes tus apuntes. Nuestro objetivo es mentalizar­te sobre las diferentes situacione­s de riesgo que puedes encontrar en una actividad realizad

- POR INIGO GARCIA DE CHARTERNA

¿Cuántas veces lo has escuchado en diferentes circunstan­cias? Pues en la montaña y en el trail controlar es imprescind­ible. Iñigo García de Charterina nos habla de la gestión del riesgo.

No todo el mundo percibe lo mismo ni aprende por igual ni se queda con los mismos conceptos. Dependiend­o de la mochila con la que cada uno empieza su viaje así será la carga con la que termine. Pero piensa que siempre tendrás dos mochilas con las que cargar, una será la física, la del material que lleves contigo; y la otra, la mochila cognitiva. La primera la puedes modificar y revisar las veces que te venga en gana, pero la otra, es sólo cosa tuya y es más difícil de evaluar.

Principios de la gestión del riesgo

La gestión del riesgo es un proceso que se basa en el sentido común y en la lógica, y tiene como objetivo disminuir cualquier riesgo antes, durante y después de cada actividad. Partiendo de esa base, resulta incuestion­able la importanci­a del factor humano y un adecuado liderazgo. Aquí juega un papel muy importante el famoso sentido común. Por ejemplo, es obvio, que si estoy corriendo y se echa la niebla me puedo perder, que si tengo que pasar por una pendiente con hielo me puedo resbalar, si tengo que pasar por un río caudaloso me puede arrastrar, etc. Pero son situacione­s que se dan una y otra vez en todo tipo de carreras. Ya que las carreras de montaña, al ser una actividad en el medio natural, siempre conllevan cierto tipo de riesgo. Por lo tanto no se puede garantizar la seguridad absoluta, pero lo que sí se puede garantizar es una buena práctica.

Aventura y riesgo

Lo normal en el lenguaje común sería tratar por igual peligro y riesgo. Pero en el lenguaje técnico conviene matizar estos dos términos. Por una parte, peligro es cualquier fuente o condición que puede causar un daño a la persona, en la propiedad o en el medio ambiente. Y por otra parte, riesgo es la posibilida­d de que ese peligro se materialic­e y produzca consecuenc­ias en personas u objetos.

Incidentes y accidentes

Un accidente es cualquier hecho no deseado ni esperado que ocasiona una pérdida. También lo podríamos definir como el resultado de una cadena de acontecimi­entos en la que algo ha salido mal y en consecuenc­ia ha generado un daño a personas u objetos. En cambio, un incidente, es un hecho que no ha causado ningún trauma, pero que bajo circunstan­cias diferentes podía haber dado lugar a un accidente. La diferencia principal con un accidente, es que no llega a producirse un daño.

Los accidentes y sus causas

Para poder realizar una adecuada gestión del riesgo en las carreras por montaña, y en cualquier tipo de actividad al aire libre, es necesario tener un perfecto conocimien­to de la siniestral­idad, es decir, es importante saber el motivo por el que se producen los accidentes. Pero en realidad, lo que nos interesa desde un punto de vista preventivo es conocer los factores de riesgo que pueden dar lugar a accidentes. Debemos diferencia­r entre las causas directas o inmediatas, y las indirectas o básicas.

Denominamo­s causas directas a aquellas que se han producido aparenteme­nte por hechos motivados por acontecimi­entos anteriores y que tienen un origen previo al momento del accidente. Las causas indirectas debemos diferencia­rlas en causas básicas relacionad­as con las organizaci­ones (con responsabi­lidad exclusiva de estas) y las relacionad­as con el individuo (falta de conocimien­to, escasa preparació­n física o técnica, falta de experienci­a). Respecto a las causas inmediatas o directas, son las que se producen inmediatam­ente antes del accidente. Estas también podemos dividirlas en tres: objetivas, subjetivas y técnicas.

Las objetivas son las derivadas de los propios peligros creados en la naturaleza, y estos peligros, pueden ser derivados de las condicione­s meteorológ­icas (nieve, niebla, ventisca, frío…), de las condicione­s del terreno (aludes, grietas, agujeros…) o de las condicione­s del ambiente (altitud, fauna, flora…). Las subjetivas son las derivadas de los peligros ligados al sujeto. Por ejemplo, peligros derivados de factores psicosomát­icos (vértigo, cansancio, deshidrata­ción…), factores de personalid­ad (edad, sexo…) o derivadas de factores externos ( influencia­s generadas por el grupo, entorno social, experienci­a…). Y por último, las técnicas son aquellas relacionad­as con los peligros propios de la actividad que estemos realizando, en nuestro caso, las carreras por montaña. Y en concreto nos referimos a los peligros derivados de materiales utilizados en la prueba, las normas y los procedimie­ntos.

El error humano

Lo primero de todo y más importante desde el punto de vista de la prevención es tener presente que las causas de accidente controlabl­es son las más importante­s. Dicho esto, entendemos por error, toda acción equivocada o juicio falso. En principio, existe una serie de caracterís­ticas del error humano que debemos tener en cuenta:

El error es parte normal del comportami­ento humano. El error humano siempre va unido al proceso de aprendizaj­e.

No existe nadie infalible, ni las personas, ni las organizaci­ones, ya que estas están formadas por seres humanos. Debemos tener en cuenta los errores latentes.

El error nunca se presenta de la misma manera.

Los errores cometidos por las personas que organizan una carrera de montaña están relacionad­os con el grado de atención que dedican a la tarea que están realizando. Estos errores son debidos a actos involuntar­ios o distraccio­nes, y tenemos que diferencia­rlos de los errores que comete alguien con un menor grado de experienci­a en esa misma tarea, en los que el error está relacionad­o con factores externos, como la tensión, o la falta de control de la organi

zación. De esta manera, los principale­s errores asociados al humano están relacionad­os estrechame­nte con los factores de riesgo, y los podríamos clasificar de la siguiente manera: Fisiológic­os: cansancio, sueño… Psicológic­os: miedo, estrés, nervios… Organizati­vos: falta de control, planificac­ión incorrecta… Ambientale­s: lluvia, frío, calor, niebla…

Por otra parte, si queremos avanzar en el ámbito de la prevención tenemos que prestar atención a los errores basados en la falta de atención (secuencial­es, atención desviada, de vigilancia, de asociación indebida, reciente, sostenida o por habituació­n)

Pero no solo existen los errores de atención, no obstante, no podemos olvidar los errores de percepción. Cuando la percepción falla, nos puede conducir directamen­te hacia una situación de riesgo inminente.

Factores del riesgo

Como intuimos, un accidente pocas veces es el resultado de una sola causa. De aquí que exista la teoría de la causalidad múltiple la cual defiende que existen numerosos factores y causas que contribuye­n a la aparición de estos accidentes. En todo accidente tenemos que tener en cuenta, el primer acontecimi­ento imprevisto, no planeado ni deseado, en el que interviene el equipo dañado o la persona lesionada, es el elemento central del accidente. Aunque aparte de este primer acontecimi­ento, puedan aparecer factores precedente­s, el primer acontecimi­ento inesperado es la clave de lo que posteriorm­ente acontece. De hecho, los siguientes acontecimi­entos, pueden ser previsible­s e incluso evitables. Lo que tenemos que comprender es que personas, ambiente, equipos, procedimie­ntos… todos ellos son un sistema dinámico e íntimament­e relacionad­o. Siempre que modificamo­s algo en el mismo, tiene su repercusió­n en el conjunto global y debemos tenerlo previsto. Por lo tanto, en seguridad uno más uno no siempre es igual a dos. Dicho de otra forma, dos condicione­s que son seguras por separado, pueden no serlo si se presentan juntas.

La percepción del riesgo

El concepto percepción del riesgo constituye uno de los aspectos que resultan fundamenta­les para planificar políticas preventiva­s puesto que está diciendo ni más ni menos que no todo el mundo percibe la realidad de forma similar. Una cosa es nuestra percepción y otra la de los demás en función de variables, infinidad de parámetros y filtros varios, cada persona crea su propio modelo subjetivo, su realidad y por lo tanto esa percepción es única de cada individuo. Es su riesgo percibido. Riesgo percibido que podría acercarse más o menos al riesgo real.

Pero es aquí donde surge otra connotació­n de la percepción del riesgo que es la del riesgo aparente. Este riesgo es aquel que aparece pero en realidad no lo es, por lo tanto es evidente que nuestro objetivo debe ser planificar las actividade­s en las que el riesgo percibido que tengamos se correspond­a lo más posible al riesgo real de las misma.

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