BROTES VERDES

Hoy estoy viendo el Tour, los ciclistas recorriendo ya los Pirineos, las cunetas llenas de aficionados, muchos españoles, ambientazo como siempre... Pero no, no es como siempre, estamos en septiembre y hasta el mítico diablo vestido de rojo, tridente en mano animando el paso de la serpiente multicolor, lleva mascarilla.

Allá por la primavera, recurríamos al maestro Sabina para entonar aquel famoso estribillo: “¿Quién me ha robado el mes de abril?”´, porque teníamos esa sensación de que nos habían robado el cuarto mes del año.

Fueron pasando los días, han ido consumiéndose las semanas y ahora la sensación que tengo es que nos han robado, no sólo el mes de abril, sino unos cuantos más, y también unas cuantas experiencias que podríamos haber compartido. Este año, más que nunca, el verbo compartir se ha cargado de un significado aún más potente y con cierto anhelo hacia lo que implica y lo que significa, valga la redundancia.

A pesar de toda esta rara sensación, a medio camino entre el despojo y la ausencia, a pesar de la incertidumbre que nos sigue amenazando, a pesar de los pesares, y gracias a que seguimos disfrutando con salud, continuamos con vosotros en cada número de Trail Run y lo hacemos manteniendo una actitud positiva y constructiva.

No hablamos de los rebrotes aunque no los ignoramos, y continuamos actuando con cautela, responsabilidad y compromiso social. Nosotros preferimos hablar de los brotes verdes que los hay, de carreras que se celebran, que se aferran a su fecha en el calendario y de retos que consiguen salir adelante y logran motivarnos.

Quizá hayamos tenido que esperar unos meses más, quizá aún tengamos que esperar alguno más, pero la primavera llegará. 2020 será recordado como el año en el que la primavera, con sus brotes verdes, tardó un poco más en llegar.

A un olmo viejo, hendido por el rayo y en su mitad podrido, con las lluvias de abril y el sol de mayo algunas hojas verdes le han salido.

De Antonio Machado “A un olmo seco”.