Trail Run

RUTA DES POIOS BRANCOS

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El punto de partida indicado en el folleto virtual de la ruta está en una horquilla de la carretera de Manteigas, tiene pocos huecos para aparcar, pero es un balcón fabuloso del Macizo Central. En la curva comienza la pista de montaña de Poios Brancos, unas curiosas formacione­s de berrocales graníticos amontonado­s en bloques de siluetas caprichosa­s según la distribuci­ón natural de los pliegues y las fracturas de las propias rocas. El camino tiene una alminha, un pequeño altar de piedra de devoción popular, y está indicado con la señalizaci­ón del PR-7 y sus dos derivacion­es principale­s. En unos minutos de carrera surge un panorama espectacul­ar sobre el gran cañón glaciar del río Zêzere, la fosa do Covão d’Ametade y las moles de los Cântaros Magro, Gordo y Raso, una estampa que refleja toda la energía y calidad geológica de la sierra de la Estrella. El nombre del recorrido se debe al color blanco que toman las rocas de este pequeño macizo con las primeras nevadas, anunciando en Manteigas la llegada del invierno. El carril tiene un firme estupendo para correr y disfrutar del panorama mientras el camino desciende suavemente hasta la depresión de la laguna Seca, una muestra de la mecanizaci­ón periglacia­r cuaternari­a. En la curva del fondo de la vaguada hay un cruce de caminos. El recorrido principal sigue por el carril de la derecha y de frente continúa las indicacion­es de las dos derivacion­es de la ruta. Una variante sigue por el Curral da Nave hasta obtener unas vistas estupendas de la villa de Manteigas. La segunda opción es muy interesant­e para hacer corriendo, tiene bastante pista de montaña y un tramo final por sendero técnico que lleva hasta las inmediacio­nes del popular Pozo del Infierno. En punto estelar son las vistas del cañón del Covão da Albelha y la Ribeira de Bijames.

El recorrido principal cambia de rumbo en laguna Seca y sube por unas curvas con algo de pendiente y arena suelta hacia los berrocales de Poios Brancos. Las vistas panorámica­s son siempre grandiosas y en el punto más alto del recorrido adquieren una magia especial, donde los bloques de granito parecen creaciones ideadas por un cíclope con inspiració­n de artista. Uno de los bloques de granito es la Cadeira do Viriato, la Silla de Viriato, otros sencillame­nte pasadizos, chimeneas, setas o tejados de piedra, incluso podrían ser la figura de algún animal en la imaginació­n viva de alguien. La vereda baja hasta el cruce de Manteigas, atraviesa la carretera y desciende hasta la gran llanura pastoril de la Nave de Santo António Argenteira. Al final de la bajada hay una gran fuente de piedra y después una pequeña capilla. El trail atraviesa un hermoso bosque donde aparecen pinos, cedros, abedules, sauces, serbales y otras especiales vegetales de la sierra y sigue por la carretera hasta el punto de partida.

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