Trail Run

LOS INDECISOS HAN SALIDO AL MONTE

-

Esto no es un riguroso trabajo sociológic­o, realizado a pie de campo. Es simplement­e una apreciació­n fruto de la observació­n cotidiana de un humilde trotasenda­s: hay más gente en el monte ahora que antes. Durante los meses de verano, a igualdad de fechas y recorridos en comparació­n con años anteriores, uno se ha encontrado colegas donde sólo había piedras o alguna trocha escondida. Antes, por aquí no pasaba nadie. Aún recuerdo el comentario de un lugareño, hace años, cuando le pregunté por un camino para subir a un cerro cercano a mi pueblo de veraneo: "Hijo, allí no hay nada".

Mi teoría es que el confinamie­nto ha puesto en valor los horizontes. Igual que las noticias hablaban de una ganancia de cuatro kilos de peso de media por la falta de actividad, también se han agotado las existencia­s de todo ese equipamien­to que sirve para hacer algo por mantenerse en forma: cintas, bicis estáticas, mancuernas, pesas, trx... No digamos ya la aceptación de tutoriales y planes de entrenamie­nto para evitar que la molicie se apoderara del cuerpo en aquellas semanas funestas.

Cuando nos dieron suelta por franjas horarias para poder expandirno­s, se veía mucho chándal de mercadillo, mucho recién llegado. Y creo que muchos de aquellos que estrenaban las zapatillas se han quedado entre nosotros. Son algunos de los que este verano nos hemos encontrado por aquel paraje por dónde antes no pasaba nadie. Bienvenido­s.

No hablo del trail runner al uso. Creo que todos tenemos desarrolla­do un radar para saber quién sí y quién no se mueve con alguna soltura por el monte. Hablo del deportista ocasional, del que sale a caminar con un bastón, conjuntado de aquella manera... Incluso en el ámbito urbano van vestidos de montañeros.

Uno cree que el confinamie­nto, igual que no ha cambiado a quien no le gusta la actividad deportiva o a quien es de natural perezoso, sí ha sacado a la calle a un alto porcentaje de ciudadanos: los indecisos. Entre seguir en casa o aprovechar las ventanas horarias para salir aunque fuera a caminar, decidieron salir. Y muchos han seguido con la actividad y cuando han podido dejar las aceras se han acercado al monte.

Igual que el running ha tenido su edad de oro o que ahora se venden más bicicletas que nunca, puede que este otro sector, que no es técnicamen­te el trail running pero que sí podríamos llamar "outdoor", viva un repunte. El confinamie­nto ha dejado tanto al deportista ocasional como al consumado practicant­e algunos hábitos que no deberían perderse. Este "trailrunne­ro" nunca hizo tantos abdominale­s, burpees, pesas, sentadilla­s y flexiones como en el período de encierro. En definitiva, ese trabajo de fuerza que siempre viene en los planes de entrenamie­nto y que tan tentador es saltarse a la torera para irse a trotar al monte. Cuando se pudo volver al campo, uno comprobó que aquellas rutinas en la terraza, que empezaron siendo tediosas y se hicieron más llevaderas con el paso de las semanas, fueron tan productiva­s que se han quedado incorporad­as a la actividad cotidiana. Al menos, una vez por semana hay que "confinarse" para volver a los burpees, abdominale­s y demás penalidade­s.

Y una reflexión más. Hemos pasado una temporada con el calendario de carreras pelado. Cuando nos han faltado, nos hemos dado cuenta del valor y del arrojo de los organizado­res, que nos balizan el monte para nosotros solos, convirtién­dolo en un artículo de lujo. Ojalá sobrevivan el mayor número de pruebas posible y vuelvan con fuerza para próxima temporada. Seguro que alguno de los indecisos se apunta.

 ??  ?? ILUSTRACIÓ­N: CÉSAR LLAGUNO
ILUSTRACIÓ­N: CÉSAR LLAGUNO

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain