CONCLUSIONES:
Crear una buena base que nos permita resistir desde una carrera de 21 km a una ultratrail del 160 km. Es básico hacer una buena planificación de la temporada. Debemos tener en cuenta todas las competiciones, para distribuir bien el trabajo de fuerza del corredor. Muchas competiciones “no objetivo” nos pueden servir como trabajo específico. Trabajar los principales grupos musculares implicados en el trail. Entrenar los puntos débiles a partir del trabajo compensatorio. La frecuencia mínima de entrenamiento es de 2 veces por semana, reduciéndolas a 1 en periodos de competición. Es muy importante tener en cuenta el principio de individualidad. No todos los corredores somos iguales, haremos un determinado plan de entrenamiento para un corredor “finito” que para otro con una morfología totalmente distinta. El trabajo de fuerza variará según las necesidades de cada uno. A veces necesitaremos entrenar más la fuerza máxima para ganar tono muscular y luego hacer un método más específico para transferirla a la montaña. Y otras veces no haremos tanto gimnasio y buscaremos más un trabajo de fuerza resistencia. La irregularidad en el terreno es uno de los aspectos más importantes en el trail. Su diferencia de pendiente en las distintas cuestas y bajadas son un punto a tener muy en cuenta.