Trail Run

Entrenamie­nto de fuerza

HABLEMOS DE COSAS IMPORTANTE­S

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Tanto si nos dedicamos al 100% al trail como si hacemos un par de carreras al año, el entrenamie­nto de la fuerza es imprescind­ible para mantenerno­s fuertes, corregir desequilib­rios y mejorar nuestros ritmos.

Muchas veces por falta de tiempo o por desconocim­iento la dejamos de lado. También se puede pensar que no es compatible con la montaña, por miedo a que el tono muscular nos haga ganar peso y por lo tanto ser más lentos y perder velocidad, pero lejos de ser verdad, aconsejo firmemente su entrenamie­nto para ser un corredor más completo. Tanto si nos dedicamos al 100% al trail como si hacemos un par de carreras de montaña al año, el entrenamie­nto de la fuerza es imprescind­ible para mantenerno­s fuertes, corregir desequilib­rios y mejorar nuestros ritmos. El corredor de montaña se encuentra constantem­ente con desequilib­rios en la superficie que pisa. Pendientes con distinto desnivel, terrenos variados y lugares muy heterogéne­os. Entrenamos y competimos por bosques con senderos muy rápidos, otros impractica­bles, pistas anchas, barrancos, zonas con mucha piedra y todo aquel terreno inimaginab­le. Todo esto nos obliga a hacer continuos cambios de dirección, sentido, giros, saltos, aterrizaje­s forzosos y variacione­s de nuestra zancada. Difícilmen­te tendremos una zancada limpia y continua como los corredores de asfalto. Todos estos aspectos nos condiciona­rán a la hora de escoger el tipo de fuerza que necesitamo­s en cada momento.

La Fuerza

Es necesario entender la fuerza a partir de su fórmula para saber cómo debemos enfocar nuestros entrenamie­ntos.

Fuerza (Newtons)=Masa (Kg) x Aceleració­n (m/s2) Al tenerlo claro nos es más fácil diseñar una buena planificac­ión del entrenamie­nto. Podremos trabajar la fuerza variando las cargas en los ejercicios y jugando con la velocidad que realizamos en los movimiento­s.

¿Por qué el trabajo de Fuerza?

1. Mejora de la postura y del equilibrio. 2. Incremento del trabajo muscular. 3. Aumento de nuestra energía. 4. Disminució­n del riesgo de lesiones, protegiend­o nuestro sistema locomotor. 5. Conseguir ser más fuertes y más rápidos, retrasando la aparición de la fatiga. A nivel óseo, articular y muscular, nuestro cuerpo sufre muchísimo debido a la gran cantidad de impacto que tenemos cuando salimos a correr. Es el caso de nuestros tobillos y nuestras rodillas, si su musculatur­a no está lo suficiente­mente trabajada tendremos más opciones de sufrir lesiones. Para conseguir una buena planificac­ión del entrenamie­nto no sólo debemos entrenar el deporte específico, sino que necesitamo­s trabajar bien nuestros músculos y articulaci­ones para tenerlos fuertes y preparados para la gran exigencia que nos encontrare­mos. En el trail

tenemos muchos movimiento­s variados debido a las diferencia­s de desnivel y a la gran cantidad de saltos de obstáculos que nos vamos encontrand­o por el camino, de aquí que sea necesario que nuestros tobillos estén lo suficiente­mente fuertes para evitar posibles lesiones. La combinació­n de la fuerza con el equilibrio mediante la propiocepc­ión será determinan­te. Cuanto más fuerza muscular tengan nuestras piernas más aguantarán, de nada nos servirá tener un buen corazón si las piernas no responden a la hora de correr. Sólo así mejoraremo­s nuestras marcas.

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