Jokin Lizeaga

Una vivencia agradable más para la saca. El 17 de abril y tras tres años duros, muy largos, llenos de problemas y bastante poca salud, soy capaz de vestirme una camiseta de tiras ( la misma del “día D”), malla corta, coger tres geles, medio litro de agua y disfrutar como nunca hasta ahora del correr por el monte. “Eziña ekiñez egiña” era el lema; lo imposible se hace realidad haciéndolo mediante esfuerzo. En casa, en Urnieta; disfruto y hago disfrutar al pueblo en un reto que me sirve para dar las gracias a todos los que han estado tan cerca en este duro proceso. Durante estos tres años también he sido capaz de ser feliz, muchos días tristes pero también otros muchos muy buenos. En familia, con buenos amigos, simplemente estando tirado en alguna playa, cala, cima o prado y… feliz. Y ahora, a seguir disfrutando de la vida, que si algo me ha enseñado este proceso es que de un día para otro podemos dejar de seguir aquí. Y, ¿cómo disfrutar? pues con un dorsal en Mágina Skyrace. Muchos me están preguntando si no tengo miedo de no estar al nivel. “Tú eras un ganador y corrías mucho” ¿Miedo yo? La verdad es que los miedos han aumentado hasta el infinito en mí; no soy capaz de hacer muchas cosas que deseo y hacía antes, pero miedo a un dorsal o a competir, ninguno. Todo es positivo en la competición; hay reto personal ( hacerlo lo mejor posible), hay “rivales” o compañeros con los que puedes medirte (da lo mismo el puesto, siempre habrá alguno alrededor) y sobre todo amigos que no he visto hace tres, cuatro, cinco años. ¡Qué mejor cosa que abrazar, saludar y charlar con viejos amigos! ¿Cómo puede ser posible, disfrutando yo tanto, que otros no sean capaces de hacerlo y tengan miedo a la competición? Una auténtica pena. Veo que muchos sufren, se entristecen, lloran y hasta dejan de disfrutar del correr por el monte. ¡Qué lástima! Este deporte es amateur y el resultado no debería ser el primer objetivo de casi ningún corredor (creo conocer a un profesional llamado Kilian pero no a muchos más). Siendo conscientes casi todos de ello, intentar conseguir el mejor rendimiento, sí, pero ¿y si no lo consigo? ¿Acaso pasa algo grave como para no disfrutar de todo lo bueno que envuelve este deporte? Abramos los ojos y seamos capaces de disfrutar el día a día en la montaña, de lo poco que nos queda en esta sociedad, sin dueño; son nuestras, de todos, nos dan derecho a decidir libremente en todo momento y a tener libertad de movimiento y velocidad. No todo es el resultado, hasta podemos decir que el resultado es nada. ¿En qué creéis que le va cambiar la vida al ganador/a dela Mágina? En muy poco. Una satisfacción personal enorme y poco más: unas palmadas en la espalda, algún calcetín, gafa, caja de geles o 3-4 pares de zapatillas al año que le “regale” alguna marca y… sigue buscando. Me despido con un hasta pronto y aprovechando la ocasión para dar las gracias a los que siguieron la huella y se hicieron probablemente con la mejor victoria de su palmarés: Jairo Huerdo, Sergio Tejedor, Javi Domínguez, Sergio Aramendia, David Martínez e Israel Cañamero. Sigue la buena huella y disfruta de ser “Trail Run”.

Vuelvo a sentirme corredor, un deseo perseguido hecho realidad.