¿Cuál es tu mejor recuerdo de la infancia?

He tenido una infancia muy feliz gracias a mi familia. Pero si tengo que elegir un recuerdo concreto, me quedo cuando con 10 añitos mi hermana la mayor me dijo que estaba embarazada y que, por tanto, iba a ser tía. Mi cabeza se invadió de responsabilidad, sólo pensaba en que iba a tener un nuevo rol y en lo bien que quería hacerlo. Fueron momentos de felicidad plena para mí, lo recuerdo con mucha ilusión y cariño. ¿Cuándo fue la última vez que lloraste? Por suerte, ha sido recientemente. Y quiero recalcar la palabra “suerte" porque creo que llorar es una forma bonita y sincera de expresión y liberación. Todas las personas tenemos momentos en los que chocamos con la realidad y ésta se nos puede hacer cuesta arriba, pero siempre hay motivos, ya sea en forma de personas o de objetivos, que nos hacen seguir creciendo y sobre todo aprender a entender qué es esto de vivir. ¿Qué programa o serie de televisión son tus favoritos? Dibujos animados como La Pantera Rosa, Heidi o Doraemon eran los que más me hacían disfrutar. ¿Qué libro has vuelto a leer? Para leer siempre me han gustado las historias románticas, y la novela de John Green “Bajo la misma estrella" aunque reconozco que es algo triste, me marcó bastante. Por lo que la leí en varias ocasiones, además de ver la película unos años después. ¿Qué libro nunca pudiste acabar? El Diario de Ana Frank ¿Un consejo que hayas recibido que no quieras olvidar? Abrazar mucho, porque el tiempo vuela. ¿Qué te gustaría ser de mayor? Aparte de seguir siendo feliz, me encantaría llegar a ser Policía Nacional. ¿Un personaje histórico? Kathrine Switzer es una gran referente para mí. Fue la primera mujer en correr un maratón colgándose un dorsal como el resto de competidores, todos hombres, los cuales intentaron echarle al darse cuenta de que era mujer. La decisión que tomó ese día, es de agradecer infinitamente. Porque con su valentía demostró que las mujeres también podemos correr y ¡de qué manera! ¿A qué huele la montaña? Si pudiera meter la mezcla de olores que me aporta la montaña en un bote, elegiría: satisfacción, dedicación, paz y vida. ¿Tu tesoro más preciado? Sin duda las personas que se preocupan por mí, me dan amor y me dedican su tiempo, ya que es algo que no recuperarán nunca. ¿Dónde habita tu felicidad? En la tranquilidad que me aporta sentirme en casa, pudiendo ser yo, estando cerca de los míos y comiendo alguna comida rica hecha por mis padres.