PATRICIA
Aquí os presento un “Behind…” sustancialmente distinto a lo que estáis/estamos acostumbrados. Normalmente en esta página nos visitan personas que están en nuestro pequeño mundo del trail running pero que viven la pasión entre bambalinas, nunca en primera línea, ellos y ellas son profesionales de la medicina, fotografía, organizan o cronometran carreras, etc… Hoy os presentamos a Patri, licenciada en periodismo que tras pasar por varias agencias de comunicación, probar suerte sin éxito en unas oposiciones a la Unión Europea, decidió cambiarle el rumbo a su vida, dejó Madrid y puso rumbo a la Val D’Arán (su segunda casa) para ser “profe” de esquí. Tras la primera temporada allí tuvo claro que entre esas montañas estaba su lugar en el mundo. Después, el destino le puso en el camino de la Val d’Aran by UTMB y sin tener mucha idea del trail pero con infinitas ganas de aprender y de darlo todo se incorporó al equipo de comunicación de la primera carrera de España con sello UTMB.
No voy a engañar a nadie… Llegué al mundo del trail sin siquiera esperarlo, ni imaginarlo, pero, desde el primer momento, despertó en mí esa mezcla de admiración, respeto y, lo confesaré, cierta incomprensión, que enseguida hicieron que quisiera descubrirlo, conocerlo, y formar parte de él. Siempre he aspirado a poder enlazar dos de mis pasiones, el deporte y la comunicación. Soy licenciada en periodismo, hice el Master de Eurosport y trabajé en su sede en París, y he estado en las redacciones de varios medios de comunicación. Durante años colaboré en el Mutua Madrid Open, y he tenido el privilegio de cubrir Roland Garros y el Open de Australia, país en el que viví un inolvidable año. ¿Mi sueño? Ser periodista deportivo… ¡de tenis! Pero a veces nos empeñamos en perseguir ciertas metas que la vida nos pone muy complicado alcanzar, por mucho que insistamos. Y, quizá, tenga sus propios motivos… Si tanto me gusta el deporte, y tanta admiración me despierta, es porque considero que, si se practica de manera correcta, es el mejor aprendizaje que cualquier persona puede tener. Y eso es algo que, una vez más, se me ha vuelto a confirmar estos últimos meses. Trabajar en Val d’Aran by UTMB para mí está siendo un regalo, por el tipo de evento que es, pero, sobre todo, por las personas que me rodean en esta aventura y de quienes aprendo tanto cada día: el equipo, los que han formado parte de él, los voluntarios, los corredores (a los que sigo considerando un tanto “inconscientes”, pero ante los que me quito el sombrero y… ¿por qué no? unirme a ellos alguna vez), cualquiera que de un modo u otro se ha involucrado en este proyecto… Personas con sueños, con ilusión, con ganas, que se esfuerzan y se sacrifican, a quienes los obstáculos hacen más fuertes, que se cuidan, comparten inquietudes, se apoyan, y que se emocionan con una cuenta atrás, una canción, o con el sencillo sonido de una campana… Porque solo ellos saben (sabemos) lo que ha supuesto llegar hasta ese preciso momento… El más bonito, simple y veraz reflejo de lo que el deporte significa. Porque muchas veces pensamos que la vida solo nos cierra puertas, pero, quizá, lo que está haciendo es abrirnos una nueva, desconocida, pero maravillosa y emocionante ventana.