Trail Run

Mis primeras 100 millas

VAL D’ARAN PYRENEES BY UTMB® Hace 8 años cuando empecé a correr, jamás me hubiera imaginado que me pondría en la línea de salida de una carrera de 161km y mucho menos de la VDA by UTMB®. Pues bien, lo he hecho y me encantaría compartirl­o con vosotr@s.

- POR: LURDES PALAO FOTOS: ©BORJAIBAN Y ©ORIOLBATIS­TA

Unas semanas antes de la carrera empecé a mirar el perfil, avituallam­ientos y recorrido para planificar la comida y calcular un poco horarios, confesaré que con solo mirar el perfil los nervios iban en aumento. No sabía muy bien cómo gestionarl­o todo, no tenía ni idea de cómo iba a reaccionar mi cuerpo ni mi cabeza. Sabía que iban a ser muchas horas y que iba a ser un tobogán de sensacione­s con muchos altibajos, muchos dolores, cansancio, sueño… Me preparé todo el material obligatori­o, con la mochila, dos pares de deportivas, comida, ropa, todo… (creo que lo revisé unas 20 veces antes del gran día). Día que pasaba, día que estaba un poco más nerviosa, era una mezcla de respeto, intriga, algo de miedo y ganas, muchas ganas por llegar a Vielha y tocar la ansiada campana.

Woman in trail

En uno de esos días recibo un mensaje de Mónica, de la organizaci­ón de la carrera, para presentarm­e el proyecto “Woman in Trail”, un proyecto donde queremos motivar y ayudar a mujeres que se quieren iniciar en el trail y animar a todas aquellas que están pensando en hacer largas distancias. Nos gusta ver a muchas mujeres en carrera compartien­do kilómetros. Así que encantada acepto formar parte de este proyecto y poner mi granito de arena en este deporte. Esto me lleva a vivir la carrera más desde dentro y con más intensidad. Por fin llegó el viernes, me levanté todo lo tarde que pude cogí todo el material y me fui desde Benasque hacia Vielha donde aparqué la furgo y me senté al lado del río a comer y a relajarme antes de prepararme. Antes de una carrera tengo muchos nervios, pero esta vez era especial, así que a las 15:20h me fui hacia la zona de salida como un flan, sin apenas hablar, pensativa… Se acercaba la hora, entro al corralillo y cuando me doy cuenta empieza a sonar Vangelis con su “Conquest of Paradise”, nunca había vivido una salida así, sin darme cuenta alguna lágrima salía sola. Me vinieron a la cabeza todos aquellos que ya no están y que sabía que me iban a acompañar en todo momento. El corazón parecía que iba a salir corriendo y sin creérmelo, ¡empezamos a correr!

Tres, dos, uno, arrrrrriba!!!

Empecé a correr a un ritmo tranquilo, hacía mucho calor y había que controlar para aguantar lo más dignamente posible. Empiezo a ver algunas caras conocidas de otras carreras y con algunos comparto varios kilómetros y conversaci­ones que tanto me ayudan. Primera subida a Pomarola y ya me está gustando lo que veo. Paso por sitios donde veraneaba de pequeña con la familia y me llené de buenos recuerdos así que sin darme cuenta llego a la Artiga de Lin y me dispongo a hacer la siguiente subida. Aquí es donde me pongo en segunda posición, los voluntario­s y corredores me animan pero soy consciente de que todavía queda mucho y sigo a lo mío, sin pensar mucho en ello. Continúo muy cómoda y voy llegando al final de la subida donde tengo que encender el frontal, levanto la cabeza y me encuentro un espectácul­o difícil de explicar. Un mar de nubes, la silueta de las montañas, las montañas de mi casa, al fondo un color naranja y una fila interminab­le de frontales. Parecía un sueño. Sigo corriendo, por terreno cómodo y a ritmo muy tranquilo con la cabeza pensando en

Bossòst, ahí sabía que iba a ver a mi pareja Juanma e iba a recargar pilas.

La noche continúa, después de Bossòst no coincidí con muchos corredores y fui prácticame­nte sola hasta el amanecer. Ahí es donde entró mi primera lucha con la cabeza, entre el kilómetro 60 al 75 tenía que ir buscando distraccio­nes, me animaba, me hablaba, cantaba… a veces cuando quieres venirte arriba intentas hacer lo que sea, je, je…. Me espabilo pero ya cuesta mover las piernas y los pies van notando las horas. A mitad carrera me doy cuenta que esto va a ser más duro de lo que pensaba, mis emociones ya no las controlo. Nunca me había pasado, de repente lloraba de la emoción no me creía que estaba viviendo la carrera, que seguía corriendo y que iba en segunda posición, otras veces lloraba de dolor o de impotencia. Me estaba encantando la carrera y quería correr bien pero cada vez era más difícil y otras veces lloraba no sé muy bien porqué. Lo estaba viviendo… Llego a Beret, kilómetro 100, a partir de ahí empezaba algo nuevo para mí. Al llegar me alegra mucho ver a la gente animando con esa fuerza, continúo en segunda posición.

Juanma tiene todo lo que necesito preparado y de repente veo a Mónica, emocionada por la carrera que estoy haciendo y algo nerviosa por querer verme tocar la campana y al rato aparece Toñín con toda su alegría. ¡Entre los tres me dieron un chute de energía buenísimo!

Salgo de Beret feliz y con la cabeza fría sin pensar en lo que me queda. Pasan los kilómetros y viene mi segunda lucha con mi cabeza, empieza a hacer mucho calor, muchísimo, y el tramo de Banhs de Tredós hasta Colomèrs se me hace duro, voy más lenta de lo normal pero sigo. De Colomèrs a Arties la cosa mejoró, la temperatur­a bajó y pude compartir este tramo con otros dos corredores, así que pude hablar y desconecta­r. Llego a Arties, último avituallam­iento donde puedo ver a Juanma, los ojos se cierran, me cuesta comer, llevo unas 32 horas e inexplicab­lemente sigo en segunda posición así que salgo de ahí para hacer el último tramo de la carrera. La última subida al Tuc de Cauva se me hizo durísima, me costó mucho y tardé algo más de lo esperado, ahí es donde pasé a tercera posición. Llego arriba y empiezo a hacer la última bajada, apenas podía apoyar el pie derecho de las ampollas, lloraba de dolor y algún grito salió, quería llegar cuanto antes, ver la campana. Cuando me di cuenta ya estaba en Vielha, llegué a meta y toqué la campana, ¡no me lo podía creer! No sabía cómo había sido capaz de hacer 161km con 10.300m+ y aguantar 38h 45minutos sin dormir. Estaba destrozada pero feliz, muy feliz, me tiré a los brazos de Mónica y de Juanma, en ese momento solo necesitaba abrazarme a alguien y llorar de alegría, estaba en una nube.

Un paseo por las nubes

La verdad, a día de hoy sigo en una nube y creo que voy a seguir aquí muchos días. Lo que he vivido en la Val d’ Aran ha sido muy especial. He conocido a mucha gente que sé que van a seguir en mi vida, he logrado hacer mis primeras 100 millas y para mi sorpresa he conseguido una 3ª posición femenina. Ha sido todo una explosión de sensacione­s. Quiero agradecer todo el apoyo que he recibido de mi pueblo Bocairent, en Valencia, estuvieron toda la carrera siguiéndom­e con mucha emoción. Benasque, mi casa, igual y muchos amigos que no me dejaron sola, me dieron mucha fuerza para seguir.

La carrera me ha sorprendid­o para bien, el recorrido es una preciosida­d y es dura, muy dura, aunque no es de lo más técnico, a día de hoy es la carrera más dura que he hecho. Cuando te inscribes por primera vez a algo así, te entran muchas dudas y miedos pero no me arrepiento para nada de haber dado el paso, la recompensa no tiene precio y me alegro de un día haber pensando: “¿y si por una de esas puedo? Al menos lo quiero intentar”.

La ilusión como motor

Con el tiempo voy aprendiend­o algunas cosas y algo que tengo claro es que no quiero quedarme nunca con la duda y eso es lo que nos gustaría transmitir a muchas mujeres que se quieren iniciar en el trail. No es necesario hacer 100 millas, ni ser una corredora de élite, si tienes ilusión por hacer una carrera sea cual sea la distancia ve a por ella. El simple echo de cruzar una linea de meta y ver que has podido con tu reto, es una sensación única que te mueve para poder ir a por los demás retos. Si algo te motiva, no hay que dudar en intentarlo y lucharlo, muchas veces se corre más con el corazón que con las piernas. Además con entrenamie­nto y ganas puedes ir superando distancias y ver poco a poco de lo que tu cuerpo y tu cabeza son capaces de hacer. Las mujeres podemos, somos fuertes, constantes y muy buenas sobre todo en las pruebas de resistenci­a. Simplement­e ponte un dorsal, ponte en la linea de salida y cruza la meta. ¡Todo lo demás viene solo!

 ?? ??
 ?? ??
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain