"PON LA TELE QUE SALGO"
En los míticos documentales de Al filo de lo imposible, de TVE, rodados en película de cine, con aquellas pesadas cámaras, nos quedábamos extasiados con las imágenes del escalador de turno colgado en la pared o del alpinista llegando, exhausto, a la cumbre de un ochomil. Y siempre era inevitable pensar en que para ver aquello, tenía que haber alguien filmando. También en la cumbre. También colgado de la pared. Eran los propios alpinistas filmándose unos a otros. Y gracias a un trabajo de gran exigencia física pero también de gran sensibilidad cinematográfica, se pudo documentar todo aquello. Porque además de filmar, había que tener un cierto sentido divulgativo para hacerlo. Viendo la transmisión de alguno de los principales trails esta temporada, he pensado lo mismo. Ser cámara runner es un trabajo duro en lo físico y, además, hay que afinar con la herramienta. Tienes que subir por el mismo sitio que los corredores, a su mismo ritmo, patearlo varias veces y enfocar como es debido para llevar a las pantallas la espectacularidad de un deporte que tiene una enorme dificultad para ser transmitido en directo. No sé si en la próxima vida querría ser cámara runner... La incorporación del trail como deporte "televisable" es uno de los grandes avances de la disciplina. Ya no hay que esperar a la película oficial de la prueba para deleitarse con la carrera. Basta con acudir al streaming o, directamente, a los canales autonómicos o generalistas, como Teledeporte, que han apostado por el trail como parte de la parrilla de su programación.
La puesta en escena televisiva de la Zegama Aizkorri, por ir a una de las carreras más emblemáticas, fue un espectáculo. Desde el sofá, se podía subir Sancti Spiritu, en directo, como si uno estuviera en el cuestarrón, a 200 pulsaciones y con los gemelos a punto de estallar.
Y esto es solo el principio. Son unas transmisiones aún incipientes pese a llevar algunas temporadas realizando un esfuerzo técnico y humano que la pandemia cortó. La sofisticación de los drones, el 5G, la pericia y la formación de los cámaras runners irá en aumento. Y con ello, la calidad de un producto capaz de poner delante de una pantalla a un número de espectadores muy respetable. Cientos de miles. Una golosina para las marcas.
Lo bueno es que el trail se ha abierto a ello. No hay carrera, con streaming o sin directo, que no cuente entre sus activos con un potente equipo de comunicación audiovisual para producir la señal o montar la película con la que disfrutar después y vender la carrera, el paisaje, el recorrido, la participación y el último modelo de zapatilla.
El trail, unos atletas corriendo por el monte al fin y al cabo, tenía difícil encaje para ser un deporte televisivo pero se está consiguiendo gracias a los medios técnicos que lo hacen posible, a las dosis de imaginación que nunca pueden faltar ante la dificultad y a una vocación divulgativa que siempre hubo alrededor de este deporte. Trail Run es un buen ejemplo de ello como los son la multitud de canales, podcast y especialistas que, con profesionalidad, ya son capaces de meter el trail en cualquier dispositivo, incluida la tele del salón. Aquella mítica frase de "pon la tele que voy a salir" no es ninguna sobrada en el trail. Ahora es perfectamente factible ir a correr al monte y "salir en la tele".
Lo bueno es que habrá cosas que no cambiarán. O no deberían. Entre ellas, la certeza absoluta de que, en la meta, a la hora que sea, llegue el primero o el último, habrá un tipo con un micrófono en la mano, un sombrero tejano y unos pantalones estrafalarios, llamándote por tu nombre y apellido, justo cuando se alcanza el bendito momento de cruzar bajo la pancarta. El trail también es eso.