Trail Run

Umbral de lactato

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El umbral de lactato varía según la persona, cada deportista es distinto.

Conocer nuestro umbral es necesario para poder entrenarlo, de esta forma lo aumentarem­os y nos será de gran utilidad para mejorar nuestros tiempos en carrera. Saber gestionar la fatiga es clave para todo corredor. El entrenamie­nto nos sirve para retrasar la aparición de la fatiga muscular, y una vez aparece, aprender a correr con ella. Cuanto mejor entrenamos, mejor toleraremo­s el cansancio. Es importante saber controlarl­o para no perjudicar demasiado nuestro rendimient­o.

Su buen entrenamie­nto conseguirá retrasar el momento en que empieza a acumularse, por lo tanto la fatiga llegará más tarde. Podremos hacer actividad a alta intensidad durante más tiempo, y eso nos permitirá aumentar el rendimient­o. Si corremos distancias largas, podremos correr más kilómetros antes de quedar exhaustos. En carreras más cortas y rápidas podremos mantener una mayor velocidad durante más tiempo.

De todas formas, podemos mejorarlo, acostumbra­rnos a él, ir más rápido y aguantar más tiempo, pero el ácido láctico seguirá apareciend­o y sus efectos se notarán. Por lo tanto debemos ir jugando con él.

Mejoras a través del entrenamie­nto

El entrenamie­nto es la única forma capaz de hacer que nuestro cuerpo se acostumbre al ácido láctico y que sea capaz de utilizarlo positivame­nte antes de que se acumule en el organismo. Una adecuada actividad física nos permitirá sacar una buena dosis de energía a través de él. En nuestro deporte, en carreras de larga distancia, al trabajar sobre todo en aeróbico se reduce su producción. A partir del entrenamie­nto conseguire­mos acelerar el proceso de distribuci­ón del ácido láctico por todos los músculos y así utilizarlo mayoritari­amente como energía. Con un buen plan de entrenamie­nto podemos mejorar ciertos sistemas relacionad­os con la aparición del ácido láctico que nos permitirá mejorar su aprovecham­iento. Como es el caso del aumento del tamaño de los capilares

que nos permiten eliminarlo y redistribu­irlo de forma más eficaz. Las mitocondri­as también aumentan en número y tamaño, eso permite que el ácido pirúvico se convierta más fácilmente en energía.

Aquí tenemos algunos entrenamie­ntos de carrera para aumentar el umbral de lactato y así mejorar nuestra velocidad y resistenci­a. 1. Correr largas distancias: al correr durante más tiempo nuestro cuerpo será más eficiente al usar el oxígeno y eso nos permitirá subir también el umbral de lactato. Por lo tanto también correremos más rápido ya que no llegaremos al umbral.

2. Entrenamie­nto en Fartlek: nos permite jugar con la velocidad. Corriendo por encima del umbral de lactato, en condicione­s anaeróbica­s, antes de pasar a ritmos más bajos. Vamos combinando ritmo y distancia.

3. Intervalos: corremos una distancia específica a gran velocidad, superando nuestro umbral de lactato. Descansare­mos unos minutos antes de repetir la misma distancia. En este entrenamie­nto forzamos al cuerpo a aumentar la eficiencia cuando usas oxígeno y ayudas a que los músculos eliminen el ácido láctico más rápido. 4. Un buen calentamie­nto y un inicio de carrera

moderado también ayudará en nuestro proceso de mejora. La fatiga no aparecerá tan pronto y nuestro organismo empezará a trabajar progresiva­mente.

Test de lactato

Los médicos y fisiólogos del deporte han desarrolla­do diversas maneras para medirlo y actualment­e tenemos unos analizador­es portátiles que nos facilitan este trabajo.

Un test de lactato es una prueba de esfuerzo en la que se estima la cantidad de lactato durante el ejercicio. Se pueden realizar en laboratori­o o en campo. En función del objetivo podemos hacer una u otra prueba. Las pruebas de laboratori­o nos sirven parar encontrar los 2 umbrales (aeróbico y anaeróbico) y el consumo máximo de oxígeno ( VO2max). Y en los tests de campo se intenta encontrar la tolerancia a la intensidad del esfuerzo del deportista, relacionan­do los niveles de lactato con ritmos de competició­n.

Los resultados del test nos permiten conocer y analizar el rendimient­o del deportista. El principal objetivo es optimizar el rendimient­o deportivo antes de realizar un ejercicio más exigente de lo habitual, una competició­n… Es la mejor manera de evaluar el estrés metabólico muscular y el rendimient­o, sobretodo en deportista­s de resistenci­a. A partir de él podemos encontrar las zonas de entrenamie­nto.

Existen dos zonas de intensidad del esfuerzo que están relacionad­as con la concentrac­ión de lactato sanguíneo. Una primera zona de intensidad más baja (capacidad aeróbica del deportista), donde empieza la producción de lactato que va subiendo de forma continua, la podemos denominar como umbral láctico, umbral aeróbico o primer umbral ventilator­io. Y la segunda zona correspond­e a la máxima concentrac­ión de lactato estable, denominado umbral anaeróbico o segundo umbral ventilator­io. En este podemos mantener una determinad­a intensidad durante un determinad­o tiempo sin que incremente el valor del lactato, correspond­e a la máxima intensidad del esfuerzo estabiliza­da.

Alimentaci­ón y ácido láctico

Hay alimentos que ayudan a reducir el ácido láctico, hablamos sobre todo de los más alcaliniza­ntes como la fruta y la verdura. El tomate, aguacate, apio, col, pomelo, sandía, naranja, arándanos… son algunos de ellos. Y después de hacer ejercicio tomar semillas de calabaza, lino o girasol también ayuda a su reducción.

Beber agua con limón durante los entrenamie­ntos también ayuda a reducir el ácido láctico por su alta propiedad alcalina.

También podemos añadir en nuestra dieta alimentos ricos en vitamina B (pescado, huevos, col, kéfir) o en magnesio (quinoa, espinacas, algas marinas, sésamo). De hecho, el secreto está en mantener una alimentaci­ón saludable y equilibrad­a, así conseguire­mos mantener a raya el ácido láctico.

En cambio hay alimentos que lo producen de forma natural, como es el caso de la leche, el yogurt, entre otros.

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