COMENTARIOS 12 Domingo 1 de noviembre de 2020 n n Aunque parezca increíble, en nuestro país ocurren cosas insólitas que en cualquier otro medianamente serio se hubieran convertido en un verdadero escándalo que estarían poniendo de rodillas a las autoridades de turno. Definitivamente nos adormecieron con el transcurrir del tiempo y nos hemos acostumbrado a las más insólitas explicaciones y a aceptar reiteradas promesas incumplidas. Recurro a las últimas en el caso de la empresa Essap, perteneciente al Estado paraguayo. Hago está aclaración debido al marcante que lleva de “Sociedad Anónima”. El gerente, Carlos Antonio López, nos dejó dos perlas en estos días a causa de los reiterados cortes en el servicio de agua potable: “Hay un consumo exagerado y lógicamente faltará agua”, afirmó orondamente en una entrevista, mientras que en otra recomendó a los usuarios comprarse un tanque “que pueden cargar de noche y utilizarlo de día”. Para los ciudadanos de San Bernardino ya habían sugerido antes usar el líquido lo menos posible. Es como que una empresa privada que vende autos recomiende andar a pie. Ya la ANDE nos sugiere en vísperas de cada verano usar lo menos posible la energía eléctrica a fin de evitar los incómodos cortes y a tener que resignarnos a la falta del servicio cuando sopla un viento fuerte, porque los cables están “desnudos” y llevará tiempo y mucho dinero reemplazarlos. Es “normal” que tengamos que comprar un generador domiciliario para no amanecer acribillado por mosquitos y dormir dignamente en una noche de crisis energética. La situación de estas empresas públicas no es casualidad. Es fruto de años de malas administraciones, falta de decisión política de invertir, corrupción en muchos casos y politiquería barata en otros. Desde hace décadas venimos escuchando las mismas explicaciones y el ciudadano espera soluciones. Solo se aguarda que próximamente el Ministro del Interior nos sugiera públicamente contratar guardias privados para evitar a los motochorros. Muchos ciudadanos contratan un seguro médico privado pese a aportar mensualmente al IPS, a fin de evitar el vía crucis que significa conseguir turnos para consultas o estudios especializados. En medio de todo, el Gobierno insiste en que nuestra marca país es “Y” (agua en guaraní), por la abundancia del líquido y recomienda lavarse frecuentemente las manos para combatir al covid. Definitivamente, nos adormecieron y lo que en otros lugares del mundo sería un escándalo, lo aceptamos como normal. No vendría mal lo recomendado por un conocido colega de concurrir masivamente a Mburuvicha Róga o a la casa del presidente de Essap a bañarnos en días de corte de agua. Normalmente por esos lares no se sufren estos males. n ¿Ciudadanos o mendigos? Mariana Ladaga P. n mariana.ladaga@abc.com.py pasado más de tres días implorando que de una canilla de nuestras casas salga al menos una gota con la que sofocar el calor. Essap no lo previó y sus reservorios se llenaron de algas, dijeron, pero a la par nos quisieron hacer sentir culpables, “responsables” de su ineficacia, alegando que no tenemos agua porque “se malgasta”; no sabemos utilizarla supuestamente. médica digna. De nuevo con el dengue nos quieren tirar toda la carga a nosotros, porque no eliminamos los criaderos de mosquitos en los inmuebles de los vecinos, a donde no podemos entrar y que el Estado sí tiene condiciones de limpiar. Ahora con el covid-19 también nos quieren hacer responsables. Autorizan mil personas en Caacupé, pero si los infectados y muertos aumentan, nosotros tendremos la culpa por no usar tapabocas. Cómo no va a querer la gente ir a rezarle a la Virgencita, si en este país los gobernantes de turno nos prefieren a los ciudadanos convertidos en mendigos y pareciera que lo único que nos queda es elevar plegarias por el milagro de una vida digna. Nos han degradado de ciudadanos a mendigos. Suplicamos por una gota de agua, un ratito de energía eléctrica, algo de dignidad en la atención médica. Hoy, más que nunca, los derechos humanos más básicos son todo un privilegio en nuestro país. Lejos de garantizarlos, el Gobierno los reparte como migajas y para colmo las autoridades pretenden que les agradezcamos por eso. En un país asentado sobre uno de los reservorios de agua dulce más grandes del mundo, el acuífero Guaraní, el acceso al agua potable es cada vez más difícil. Increíble es que esta semana muchos de nosotros hayamos implorando un poco de agua y que vuelva la energía para poder encender un ventilador. Está en la ANDE y en la Essap planificar, pero también en este caso nos quieren hacer responsables a nosotros, que no informamos cuando compramos una heladera nueva y por eso “se sobrecargan los transformadores” y tampoco “pyragüereamos” lo suficiente a nuestros vecinos, que sin trabajo, sin salud, sin agua, sin nada, “osaron” instalar una toma “clandestina” de electricidad. Pero además de suplicar por algo de agua y energía eléctrica, suponiendo que tengamos la gracia de contar con un trabajo estable y acceso a la educación, si llegamos a enfermarnos habremos de arrodillarnos por atención Incluso cuando ya está bien gastado el título: “Ande promete verano sin cortes”, también nos quedamos sin energía eléctrica cuando llueve y cuando no llueve y llegamos a sentarnos en nuestra cama por la madrugada, a oscuras, rodeados de mosquitos y con el sudor recorriendo nuestro cuerpo,