30 Domingo 1 de noviembre de 2020 CONSUMO E INVERSIÓN AL ALZA Rebote económico de las potencias europeas Carlos Alberto Montaner* @CarlosAMontaner The Economist afirma que Donald Trump perderá las elecciones del 3 de noviembre. Incluso, han dedicado un editorial a explicar por qué se debe votar por Joe Biden. A mi juicio, se trata del medio popular más prestigioso del mundo y refleja lo que le dicen las encuestas. La gran revista liberal británica, fundada en 1843, está dispuesta a jugarse su prestigio tras esa aseveración. (Liberal, en el sentido europeo del término: conservadora en materia fiscal más mercados libres, por eso la detestaban Marx y Lenin, pero muy abierta en cuestiones sociales, por eso la rechazaban los conservadores). A principios de abril el panorama era otro. A partir de ese momento las cosas se le comenzaron a torcer a Trump. No eran sus desagradables fanfarronadas. Tampoco su condición de bully, de matón sin clemencia con las limitaciones físicas de sus adversarios políticos, ya fuera John McCain o Serge Kovaleski, un periodista del NYT del que se mofó públicamente imitando sus movimientos espásticos. No era, en suma, su carácter lo que habría influido en su hipotética derrota. Lo esencial eran el virus, el covid-19 y los estragos que causaba en la sociedad norteamericana. No hay quien pueda con eso. En las democracias la tendencia social es a pasarle la cuenta a quien esté en el poder. En 1918, tal vez en Kansas, comenzó la pandemia del virus denominado con el nombre aséptico y poco sexi de H1N1. Teóricamente, viajó de Europa con los primeros soldados estadounidenses que regresaban de contribuir a la victoria en la Primera Guerra Mundial. En total murieron 675.000 contagiados por el virus en USA y unos 50 millones en el mundo. Como el censo de 1920 sólo contabilizó 106 millones de personas, apenas un tercio de los 330 millones que hoy pululan en Estados Unidos, debemos pensar que la mortalidad de esa influenza, mal llamada “española”, era infinitamente mayor que la del actual coronavirus. Probablemente era semejante, aunque los cuidados médicos son hoy mejores y existen antibióticos para tratar las infecciones bacterianas que suelen surgir tras el ataque de los virus. En todo caso, los conflictos eran los mismos: había personas que se negaban a colocarse la mascarilla o a mantener la llamada “distancia social”. Desde la Edad Media se sabía que esas dos armas, más los sitios ventilados y la higiene corporal, eran casi la única manera de defenderse de las epidemias. Cuando Trump vaticina que, mágicamente, un día el virus desaparecerá, no se lo saca de la manga, sino de lo que sucedió en 1920. Tras 15 meses terribles, el virus H1N1, ayudado por un verano ardiente, se esfumó con relativa facilidad, pero entonces la aviación estaba en pañales. Hoy no desaparecerá hasta que un alto porcentaje de la población esté vacunada y los cócteles antivirales estén disponibles y a precios accesibles, como sucede con los medicamentos contra el SIDA. Sospecho que las consecuencias políticas H1N1 y el covid-19 serán muy parecidas. En 1920 hubo elecciones generales en Estados Unidos. Aunque el país llegó tarde al conflicto, dejó en Europa unos 117.000 cadáveres (más o menos la quinta parte de los que le arrebató la pandemia). El presidente Woodrow Wilson debía hacerle frente a la ruina traída por la pandemia y a una sociedad insubordinada porque no creía en la sagacidad del jefe del Estado. Wilson les había prometido que no se dejaría arrastrar a la guerra por los belicosos europeos y, al final, unos ataques contra la marina mercante de Estados Unidos por parte de los submarinos alemanes, más el conocido “telegrama de Zimmermann”, lo habían conseguido. A Wilson no le sirvió de nada su rol de vencedor en la Primera Guerra. El Congreso americano no le aprobó sus famosos “14 puntos”, ni el país pudo participar en la Liga de las Naciones. La sociedad americana, tal vez fatigada por la pandemia y cansada del Partido Demócrata, eligió como presidente a Warren Harding, un periodista republicano de Ohio que asumió el país cuasi quebrado, pero pronto se recompuso dando inicio a los “roaring twenties”. En esa oportunidad, los republicanos tuvieron la mayor victoria de la historia contra los demócratas: ganaron las elecciones de 1920 por un margen de 26 puntos. Harding murió de un infarto en 1923, siendo presidente, dejando en el poder a Calvin Coolidge su vice y sucesor. En 1928 obtuvo la presidencia el también republicano Herbert Hoover, ingeniero, un excelente funcionario al que le sorprendió el “crack” de la Bolsa en 1929. En 1932 lo derrotó Franklin D. Roosevelt y se inició el ciclo de los demócratas. En el 2020, a un siglo de la anterior pandemia, se repite la historia, pero al revés: el virus aniquila a Donald Trump y a los republicanos. Hay algo de justicia poética en esa derrota. [©FIRMAS PRESS] El fin de las restricciones impuestas hasta el mes pasado para combatir la pandemia reactivó las economías europeas en el tercer trimestre del año, en el que rebotaron con fuerza y en muchos casos a doble dígito, como Francia. El comercio minorista y negocios esenciales seguirán abiertos en Francia, según el anuncio del gobierno que reactivó el confinamiento hasta diciembre, en un intento por frenar la segunda ola de contagios de covid. española MADRID (EFE, AFP). Altmaier, avanzó además que el Ejecutivo estima que la economía nacional se contraerá un 5,5% en el conjunto del año, una previsión tres décimas porcentuales mejor que la anteriormente prevista, pero que sería la mayor registrada en más de siete décadas. Bares y restaurantes, teatros y cines, spas, piscinas y gimnasios cerrarán sus puertas durante todo noviembre para tratar de contener la pandemia, mientras el comercio minorista y mayorista (así como los colegios) se mantendrán abiertos. En cuanto a según los datos difundidos este viernes por su instituto estadístico (Istat), el PIB creció un 16,1% en el tercer trimestre respecto a los tres meses previos con la reactivación generalizada de todos los sectores económicos. Frente al mismo periodo del año pasado la economía italiana es un 4,7% menor y a día de hoy las estimaciones del Istat también pronostican una recesión en 2020, que será del 8,2% del PIB. La economía creció un 16,7% en los meses de verano con la vuelta a la actividad tras el confinamiento estricto de marzo, abril y mayo que provocó una contracción histórica en el segundo trimestre del 17,8%. La demanda nacional (consumo e inversión) aportó 14,9 puntos del crecimiento trimestral, mientras que la demanda externa (exportaciones e importaciones) contribuyó con 1,8 puntos, lo que en ambos casos suponen las mayores aportaciones de la serie histórica. En el Producto Interior Bruto (PIB) creció un 8,2% en el tercer trimestre, tras el desplome del segundo semestre debido a la pandemia de covid-19, según una primera estimación publicada por el instituto Destatis. “La economía alemana volvió a crecer, tras su caída histórica en el segundo trimestre”, comenta el organismo estadístico. En un año, el PIB sigue a la baja, en 4,3%. El ministro de Economía, Peter En el conjunto de la UE, con los datos disponibles hasta ahora, el incremento del PIB registrado entre julio y septiembre ha sido del 12,7%, el mayor crecimiento para un trimestre desde que la oficina estadística comunitaria (Eurostat) empezó a registrar datos en 1995. A pesar de lo espectacular de las cifras, las economías europeas todavía están por debajo de los niveles previos a la crisis sanitaria del covi-19 y terminarán el año con una recesión incluso peor de la prevista debido a los rebrotes de la enfermedad que se están produciendo en Europa. La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, avanzó ayer que la recuperación de la eurozona “pierde dinamismo” y pronosticó una “significativa ralentización de la actividad económica en el cuarto trimestre”. Francia a la cabeza entre los grandes países de la UE con un aumento del PIB del 18,2%. Italia, Alemania *Su último libro es “Sin ir más lejos” (Memorias).